27 julio, 2024

Valdehumada a través de la Historia I

ETAPA PRIMITIVA

Según Eduardo Peralta en su obra “Los Cántabros antes de Roma” (2.003) “Las últimas investigaciones han ido mostrando que gran parte de los pueblos de la España prerromana pertenecían a un antiguo sustrato indoeuropeo protocéltico que posteriormente fue progresivamente celtizado por la cultura celtibérica. Estos indoeuropeos hispanos mantuvieron su cultura y sus formas de vida arcaicas procedentes de la Edad del Bronce hasta la romanización”

En la época prerromana Congosto formaba parte del territorio cántabro pues la frontera meridional llegaba hasta bordear por el sur la zona de Peña Amaya cuyos farallones rocosos servían de refugio a un importante asentamiento cántabro que recibió el nombre de Amaia.

Algunos kilómetros al sur de Amaya comenzaba el territorio de los turmogos, donde Ptolomeo sitúa la ciudad de Sisaraca o Pisoraca, la actual Herrera de Pisuerga. Al sudeste de Herrera de Pisuerga se encuentra la zona burgalesa de Treviño, transformación de Trifinium, junto al río Odra, donde se ha situado el límite  meridional entre los tres pueblos vecinos: vacceos, cántabros y turmogos.

Vemos, pues, que la ascendencia de nuestros antepasados del valle de Valdehumada está ligado al del pueblo cántabro sobre cuyo origen existen diversas teorías.

Actualmente se cree que el origen del pueblo cántabro hay que situarlo en los indoeuropeos, pueblo que habitaba aproximadamente entre la zona de Cáucaso y del Mar Caspio, sobre 2.500 años a.C. Algunos de ellos se desplazarán hacia el este y ocuparán zonas de Asia como Irán y la India.
Otros grupos se desplazarán hacia el oeste, en sucesivas oleadas. Estos indoeuropeos serán el origen de pueblos como los germanos, los itálicos, los griegos, los eslavos o los que más nos interesan, los celtas.


Los grupos de indoeuropeos que podemos calificar como plenamente celtas aparecerán en torno al 750 a.C, fecha en la que el hierro llega a la península ibérica. Junto a ellos, debieron entrar grupos de indoeuropeos no celtas, como los lusitanos.

En cuanto a la zona ocupada por los cántabros, se extendía desde el Sella hasta el Nervión. Al oeste limitarían con los astures y al este con los autrigones, pues los vascones estaban entonces situados más el este. Por lo tanto, en la zona de los cántabros, junto con las otras del norte existías en proporciones variables tres tipos de población: la autóctona, la indoeuropea y la indoeuropea propiamente celta.

Que los pueblos del Valle de Valdehumada formaron parte de pueblo cántabro lo constatan los emplazamientos castreños, poblados fortificados en las alturas, que aprovechan las defensas naturales. Estos asentamientos defensivos  son el tipo de yacimientos más característicos de la Edad del Hierro, transición entre la I Edad del Hierro y la II (finales del s. IV a.C. y principios del III), atribuidos a los Cántabros según se recoge en la publicación “Los cántabros antes de Roma” de Eduardo Peralta Labrador (2003). En nuestro valle se han localizado castros en Congosto (I y II) la Ulaña  en Humada, Rebolledo Traspeña (I y II), Ordejón (I y II), San Martín de Humada (I y II) y en zonas próximas como Amaya.   El estudio de Miguel Ángel Fraile López en su obra “Catálogo de castros cántabros” cita el hallazgo de unos 74 castros ubicados en una zona comprendida entre el norte de Burgos y Palencia y el sur de Cantabria.

Castros en Valdehumada
Los cántabros en la antigüedad (M. Cisneros, F. Marco, F. Pina, J.L. Ramírez)

Recogemos a continuación los castros localizados J. Abásolo en el Valle de Valdehumada de los cuales hace referencia en su obra Carta Arqueológica de la Provincia de Burgos. Partidos de Castrojeriz y Villadiego (1978).

Congosto

En el lugar conocido como San Quirce, castro de reducidas dimensiones, se extiende una pequeña plataforma en las laderas que descienden hacia el Odra, el cual estrecha su cauce en esta parte de su curso y hacia el oeste.

Debió de amurallarse a tenor de la cantidad de piedra que aparece dispersa en su sector culminante.

Hay cerámica a mano, destacan algunos fondos planos y varios fragmentos con decoración plástica cordonada. Existe, asimismo, cerámica medieval

Humada

Domina el pueblo de Humada y todo el valle del río Odra un impresionante farallón que se conoce con el nombre de La Ulaña. Su topografía presenta un plataforma superior (de unos 4 km de extensión) y otra inferior en forma de proa, directamente sobre el pueblo de Humada y separada de la primera por un cinto calizo.

En el sector culminante y equidistante entre los pueblos de Humada y Ordejón se levantan las ruinas de un castro entre las cuales destaca por su magnitud la muralla que cierra en la cota d e1.174 m. la cresta más elevada.

En el mismo término Ulaña se abren dos cuevas donde tenemos noticias de haberse encontrado cerámica.

En la cresta inferior sobre el pueblo existe un nuevo castro. Los restos más expresivos del mismo son las ruinas de una muralla que lo cierra por su parte llana  (al este), aún se conserva la puerta de 3 metros de anchura por donde conducía el camino que sube desde los Ordejones.

Posteriormente desde el año 1998 bajo la dirección de Miguel Cisneros Cunchillos se han realizado varias prospecciones arqueológicas que tratamos en otra página de esta web que puedes visitar en el siguiente enlace:

Enlace al castro de la Ulaña

Los Ordejones

Ordejón de Abajo

 Frente a Peña Castillo se encuentra un poblado indígena con señales de haber sido habitado en época romana.

Aprovecha parte de un peñón calizo desgajado de la Lora de Humada. En la mayor parte de su perímetro se defiende por el cortado rocoso, solamente al noroeste fue necesario levantar defensas artificiales en forma de muralla de la cual todavía se conserva el alomamiento resultante de su destrucción.

Hay cerámica a mano, teja y sigillata (cerámica romana de color rojo que tiene una estampilla o sello).

Ordejón de Arriba

Entre el pueblo y el molino, en uno de los paisajes más espectaculares de la zona, se yergue una impresionante atalaya, más por su inaccesibilidad que por sus dimensiones, llamada peña Castillo.

Este bastión de sólo 150 m. de diámetro queda protegido en todo su perímetro por un cortado natural de 20 m. de altura, debiendo realizarse el acceso al recinto por el norte, mediante un estrecho paso tajado entre las rocas.

Ya llamó la atención Huidobro sobre este término, al citar como resultado de unas excavaciones efectuadas entre las ruinas del castillo que da nombre a la peña, del hallazgo de varios objetos entre los identificamos una azuela (instrumento utilizado en carpintería), un regatón (Pieza, normalmente de hierro, que se pone en el extremo inferior de lanzas, garrochas, bastones, paraguas, etc., para darles mayor firmeza), un instrumento de los antiguamente llamados “osculatorios” (es un instrumento de metal, generalmente de bronce o latón, que se realizaba mediante la técnica de fundido a molde), una hebilla de cinturón y una canica celtibérica).

En los bordes de la zanja pudimos comprobar la aparición de cerámica espatulada a mano y con decoración plástica cordonada.

Hay, igualmente, cerámica medieval.

Rebolledo de Traspeña

Referente a los castros localizados en Rebolledo de Traspeña recogemos la referencia que J. Abásolo  hace de los mismos en su obra Carta Arqueológica de la provincia de Burgos. Partidos de Castrojeriz y Villadiego (1978)

Aguas arriba del Odra, junto a su nacimiento, se han hallado algunos fragmentos de cerámica a mano, semejante a la producción propia de los castros de esta comarca. El término se denomina La Magdalena-La Angelina en el solar de una antigua ermita.

En el término del Butrón se ha hallado un castro en un espigón rocoso delimitado por el curso del incipiente Odra y una vaguada que sirve de ingreso al poblado por el noroeste. Se adivinan, más que se ven, unas estructuras de murallas al norte, donde un supuesto torreón cierra un ángulo de las mismas. Dos recintos circulares obligan a pensar en encerraderos de ganado y varios amontonamientos de piedras son semejantes a túmulos funerarios. La cerámica, toda ella a mano, es de pasta grosera y sus formas globulares.

S. IX

El alfoz de Ordejón

Alfoz era el nombre empleado durante la Edad Media en la península ibérica para referirse al término rural geográfico que pertenece al concejo de la villa correspondiente.

Según Gonzalo Martínez Díez “estas primeras divisiones administrativas comienzan a insinuarse en las crónicas y en la documentación del s. X y están ya todas testimoniadas en el s. XI y representan las subdivisiones territoriales del conjunto de condados que con el nombre de Castilla se agruparon bajo el gobierno de Fernán González y de sus descendientes durante cinco generaciones”

Al Norte del río Duero la vieja Castilla y la repoblada entre 860 y 912 mantendrá su estructura en alfoces o territorios dependientes de un castillo con pequeñas aldeas regidas por el titular o teniente del alfoz.

En Castilla el gobierno del reino constaba de tres escalones jerárquicos: el rey, que gobernaba la totalidad del reino, bajo él, los condes, que regían los condados o extensiones importantes del reino y los alfoces o distritos de los condados a cuya frente se encontraba el tenente del castillo que constituía la cabeza y daba nombre al alfoz. Dentro del alfoz podían otras torres o fortalezas subordinadas al castillo principal.

En Castilla al principio el gobernante del alfoz recibía otros nombres como iudex, merinus o senior . El término tenente se generalizó a partir de la segunda mitad del s. XI.

Mapa del Condado de Castilla a la muerte de Fernán González, Teófilo López Mata, 1957)

De la jurisdicción del castillo  cabeza del alfoz se irán segregando todas las jurisdicciones señoriales exentas que personajes laicos, obispos o monasterios y concejos urbanos irán obteniendo mediante concesiones regias o condales.

En el alfoz se encuentran diseminadas varias aldeas o lugares. Este conjunto quedaba bajo la jurisdicción del concejo de la villa. La villa y su alfoz constituían así un conjunto denominado Comunidad de villa y tierra, con autonomía dentro del Reino. El centro de esta comunidad es la villa (o ciudad) compuesta por una población, a veces con un castillo e incluso una muralla.

Los alfoces a comienzos del siglo xii eran territorios dotados de funciones fiscales, judiciales y militares. Además, ejercieron un cometido muy importante en lo referente a los usos comunales silvo-pastoriles hasta el año 1100 en que los reyes empezaron a adjudicar a la Iglesia y a los nobles jurisdicciones particulares con carácter perpetuo; este hecho amenazó la razón de existir de los alfoces.

Durante el proceso de repoblación que se hizo a lo largo de la Reconquista, concretamente durante los siglos xi, xii y xiii, el rey concedía una serie de leyes particulares (privilegios) a las villas que dominaban grandes territorios (alfoz) para fomentar el asentamiento. Este tipo de repoblación se denomina «Repoblación concejil por fueros» y se llevó a cabo en las zonas entre el Duero y el Guadiana, el valle del Ebro y el norte del Levante. En estas zonas surgieron ciudades importantes que dependían únicamente del rey, es decir, no estaban sujetas a los posibles problemas de autoridad que podían surgir con la nobleza, por lo que estaban gobernadas política y socialmente de una manera más o menos “democrática” según nuestros criterios actuales.

Según Gonzalo Martínez los alfoces, prácticamente en su totalidad, son anteriores al año 1.100, es decir, datan de la época de la primera repoblación (860 – 977) o en el peor de los casos de la segunda repoblación (1.009 – 1.085).

Pueblos de Valdehumada y el alfoz de Ordejón

Desde el punto de vista administrativo los pueblos de Valdehumada pertenecieron al alfoz de Ordejón, que comprendía la cuenca alta del Odra, situado entre los alfoces de Panizares, La Piedra, Villadiego, Treviño y Amaya según recoge D. Gonzalo Martínez Díez en su obra Pueblos y alfoces burgaleses de la repoblación.

Según el autor dicho alfoz estaba constituido por 16 localidades, de las cuales actualmente 7 son despoblados

Pueblos del valle de Valdehumada

(Si quieres más ampliación haz clic sobre el nombre de cada pueblo)

Despoblados

  • Bustillo (Despoblado). Situado cerca del límite entre San Martín y Humada. Existe un término en dicha zona llamado Royobustillo).
  • San Andrés de Humada. (Despoblado). Situado en el término de Humada llamado “San Andrés. A la derecha de la carretera que sube a Valdelucio, cerca del antiguo sendero por el que se subía al Portillo
  • San Cristobal. (Despoblado). En el término de Ordejón de Arriba. Cerca de la fuente de S. Cristol.
  • San Pedro de Humada. (Despoblado).En el término de San Martín de Humada. Cerca de la fuente de San Pedro, casi al final y a la derecha del camino de concentración que une San Martín con Humada)
  • San Pelaya. (Despoblado). Situado en el término de Ordejón de Arriba, a la derecha y lindando con el camino que los Ordejones con Fuencaliente de Puerta. En el inicio de un vallejo donde se han encontrado restos de edificaciones.
  • San Quirce de Humada. (Despoblado). Entre los términos de Humada, Villamartín, Ordejón de Abajo y Congosto. Cerca del río Odra, a la derecha del camino de concentración que une Humada con Ordejón, en el término de San Quirce.
  • Traspeña. (Despoblado). En el término de Rebolledo de Traspeña. Cerca del manantial de la Magdalena. Se han conocido abundantes restos.

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