26 abril, 2024

El libro Becerro de las Behetrías de Castilla

Apuntes generales

 El Becerro de las Behetrías de Castilla (LBB) fue escrito en el año 1352 por orden del rey  Pedro I de Castilla. El libro nos proporciona una visión privilegiada de la estructura señorial de Castilla al norte del Duero. Consiste en un inventario de las behetrías existentes en el territorio que entonces abarcaba el Reino de Castilla.

Este manuscrito del siglo XIV, denominado “libro Becerro” por estar escrito sobre pergamino obtenido de la piel de un becerro, registra detalladamente la naturaleza y origen de la nobleza de Castilla en el último tercio de la Edad Media.

El manuscrito original se encuentra en el Archivo General de Simancas. Todas las demás copias existentes actualmente proceden de éste. Este manuscrito se conserva incompleto, le faltan muchos folios y sobre todo adolece de un gran desorden en su foliación. Se puede consultar por internet, puesto que está completamente digitalizado.

Antes de comenzar con la descripción de los pueblos de Valdehumada vamos a exponer un breve vocabulario que nos ayudará a comprender mejor el significado de dicha descripción.

En la Baja Edad Media el territorio de la Corona de Castilla estaba configurado de la forma siguiente: los territorios que se encontraban directamente sometidos al poder real se les designaba con el nombre de territorios o señoríos de realengo; los señoríos de infantes se llamaron infantazgos; los eclesiásticos se denominaron abadengos; los señoríos regidos por nobles: señoríos de solariego; los señoríos regidos por las órdenes militares: maestrazgos y hubo lugares cuyos habitantes, por ser hombres de behetría, podían elegir libremente a su señor y fueron los llamados señoríos de behetría.

 Los vínculos sociales y económicos establecidos entre señores y vasallos variaron en función del tiempo, de los territorios y de la personalidad de unos y otros. Sin embargo, la obligación de rendir vasallaje al señor feudal y el pago de impuestos permanecería a través de los siglos.

Para comprender mejor el texto de dicho libro explicamos el significado de algunas palabras que en él aparecen:

Título de Señor: el título de Señor poseía autoridad jurisdiccional, esto es; estaban autorizados por el rey para ejercer no sólo su dominio, sino también todo tipo de autoridad, entre la que se contaba la de impartir justicia, conceder premios o castigos, imponer tributos. etc.

Son cuatro las clases de Señoríos:

1) Señorío de solariego: era el otorgado por el rey a algún noble o personaje importante del reino. En este señorío los vasallos no tenían derechos.

2) Señorío de abadengo: concedido por el Rey a la iglesia o a un monasterio. Era más tolerante, aunque también abusivo, para los vasallos.

3) Señorío de Behetría; palabra que proviene del latín «Bienfectoría». En ellos, los vasallos podían elegir y nombrar a su señor (tras petición al rey y concesión de éste).

4) Señorío de realengo: bajo jurisdicción real. Se denominaban Señoríos de realengo, a todas aquellas comarcas, villas y ciudades que no estaban comprendidas en las tres clases anteriormente citadas y, por tanto, dependían directamente de la autoridad real.

Como hemos visto entre las prerrogativas del rey, del señor o de la Iglesia  estaba la de cobrar impuestos a sus vasallo a cambio de prestarles protección y servicios.

En el s. XIV los contribuyentes o pecheros pagaban por casi todo ya que existían numerosos impuestos, los más comunes eran:

– Servicio: son los impuestos que el rey solicitaba a sus súbditos para hacer frente a gastos extraordinarios, por ejemplo, guerras u otros episodios excepcionales. Previamente a su cobro, el rey necesitaba la aprobación de las Cortes. Aunque se trataba de un impuesto extraordinario, con el tiempo acabaron siendo un pago habitual.

– Infurción: era un tributo que se pagaba al señor de un lugar por razón del solar de las casas. El campesino devengara infurci6n por trabajar un solar ajeno pero a la vez por ser vasallo

– Monedas: Otro impuesto extraordinario previamente autorizado por las Cortes, con la diferencia de que éste era periódico y se pagaba cada siete años.

– Fonsadera: Era el tributo que debían pagar los hombres libres y vasallos en concepto de contribución a la defensa del territorio, y también se llamaba así al trabajo personal que dichas personas realizaban para mantener en buen estado las construcciones defensivas; estos trabajos personales no generaban pago alguno.

Es una especie de rescate que paga el campesino a cambio de no acudir al fonsado, es decir, de no ser alistado en las levas del rey en caso de guerra.

– Martiniega: Son las rentas habituales pagadas en el mes de noviembre, sobre la festividad de San Martín.

– Marzadga: Impuesto que se cobraba en el mes de marzo, después de la matanza que se suponía a los vasallos con más reservas.

– Yantar: Derecho del señor y su séquito de albergarse, durante el viaje por su feudo, en casa de cualquiera de sus vasallos, comer en ella y exigir que sus monturas recibiesen alimentos. En principio, el impuesto era eventual y se pagaba en especie, pero con el tiempo pasó a pagarse en moneda.

– Sernas: Era la obligación que tenía cualquier campesino acogido a un régimen señorial, de trabajar las tierras del señor (además de las suyas propias). Así, pues, las sernas no son exclusivas de las behetrías, se dan también en zonas feudales de abadengo y solariego.

Teniendo en cuenta que en la época que nos ocupa, s. XIV, el sistema monetario estaba formado por

  • El maravedí, o morabetin, es el nombre que se dio al dinar de oro almoraví, moneda utilizada durante la Edad Media desde el año 1172 al año 1221. Se acuñaron nuevas monedas de un maravedí en vellón ( aleación de plata y cobre) en el siglo XIV y XV.
  • El real se acuña, como moneda de plata, en el siglo XIV durante el reinado del rey Pedro I con una equivalencia de 3 maravedís. A fines del siglo XIV su valor era de 8 maravedís.
  • El dinero, se acuña a finales del siglo XIV, durante el reinado de Enrique III. El dinero equivalía a la doceava parte de un maravedí.

Por lo que respecta a las medidas de capacidad las más utilizadas eran:

  • Fanega: medida de capacidad para áridos que en Castilla, tiene 2 cuartos o 12 celemines. Equivale a 55,5 Litros. También se una la media fanega.
  • Celemín: doceava parte de la fanega, medida de capacidad equivalente a 4,625 litros Un celemín tiene 4 cuartillos.